Queda todavía un mes para el final de este año, pero yo ya me adelanto a cualquier informativo, y hago mi propio repaso de lo que el 2009 ha sido (o está siendo). No voy a valorar la trama Gürtell, ni el secuestro del Alakrana, ni que tras 30 años la lehendakaritza sea del PSE. Voy a repasar MI año.
Todo empezó con el final del 2008 (lógicamente) en Argelita. Cenando con amigos. Tomando las uvas en la plaza de la iglesia, sin ver en ningún momento la Puerta del Sol por ninguna pantalla que nos absorbiese. Felicitando a decenas de personas, que antes felicitaba por mensaje o por email, o simplemente no felicitaba porque sólo nos vemos de verano en verano. Bailando hasta altas horas de la madrugada al son de las canciones del verano ya pasadas. Brindando continuamente con champán y gintonic. Resumiendo, siendo la mejor nochevieja que hasta ahora he podido disfrutar.
Tras una noche loca (de la cual con vergüenza intento recordar algo), me levanté en mi cama de Argelita. Un comienzo de año en el paraíso es inexplicable. El 1 de Enero del 2009, estaba desayunando con el frío invernal de las montañas castellonenses, pero a pie de calle con los rayos de sol asomando. ¿Resacosa? Fijo.
Un mensaje tintineaba en mi móvil, entre las felicitaciones vía sms tan impersonales. El mensaje que iba a cambiar mi vida. "Los billetes para Perú ya estaban comprados" ¿Cómo? ¡Sí! El 27 de febrero todo terminaba, algo comenzaba.
Hasta esa fecha todo fueron despedidas. Que si yo me voy, tú te quedas y el otro se va y no vuelve. Yo volveré. Tiempo en el que recogí una habitación repleta de recuerdos del último año y pico y 5 años anteriores.
Todo para pasarme 3 meses en Perú. En Cusco. En Izquchaca.
Primero con Miren, Maialen, Irati, Maria y Kizkitza haciendo turismo por el país de los Incas. Visitando el gran Machu Picchu, el cañon del Colca, el Lago Titikaka, y las ruinas de Cusco. Y despidiéndonos tras visitar en Abancay a Jon Ander. Luego con Javi, que en un par de días, los primeros de mi aventura en solitario en el Perú Glorioso, no me dejó sentirme sóla y me presentó a Mónica, mi Manola!!!!
Así empezaban mis dos meses y pico en Izcuchaca, con mis niños. Seré sensiblona, inocente o cómo queráis nombrarlo, pero lloro al ver sus fotos, al recordar cada día su sonrisa. Cada día me enseñaban a no claudicar. ¿Cómo poder negarme a sonreír delante de unos niños que sin tener nada, no pierden las ganas de jugar y cantar? Puede que, como me dijo Mónica, sus nombres se me vayan olvidando con el tiempo; pero hay cosas que el tiempo no borra.
Tres meses en Perú donde me enamoré de una ciudad como Cusco y encontré a gente maravillosa (Mónica, Rafa, Melanie, Romy, Nuria, Ricardo, Lucy...) Pasé noches bebiendo cerveza; haciendo fiestas por Don Diablo y la Rustica; intentando ver "Matrix" y "Aquellos maravillosos años"; visitando cada 2x3 el Molino, en busca de películas y series...(¡¡¡lloro!!!!)Pero lo bueno se acaba, para dejar que comiencen cosas nuevas (que no peores).
Y es que cuando la vida te sonríe, lo hace y bien.
Terminándose mi estancia en Perú me comunicaron de algo alucinante. Había sido finalista de un concurso de proyectos, al cual no me acordaba ni que me hubiese presentado con "Descosidas" (mi serie). Un día antes de mi marcha de Cusco, con todas las emociones encogidas, a flor de piel, tuve que hacer un pitch vía Skype. Supuestamente hablaba hacia un grupo de productores, a los cuales no tuve el gusto de conocer, porque la cámara la pusieron hacia el techo. Con esta gran prueba de fuego, se terminaba mi aventura latinoamericana. Aventura en las que experimenté y probé miles de cosas nuevas...menos el San Pedro, algo por lo que volver.
De vuelta a casa, mi vida comenzaba. Había dejado el trabajo en Madrid, el piso, la gente y volvía tras 6 años fuera, y 3 meses que me habían renovado. Puede que esos meses fueran una escapatoria de una vida que me estaba consumiendo. Puede que fuese cobarde escapándome, pero no me arrepiento. Lo dejé todo para comenzar algo nuevo, eso no puede ser de cobardes.
Estaba en Donosti. Volvía. ¿Con ganas? No lo sé. Pero con suerte, se puede decir. Ya que gracias a ese concurso al cual había llegado como finalista, pero que no gané, me daban una beca de 4 meses para hacer prácticas en una productora. Yo no busqué nada, todo me vino de sorpresa. Vinos y rosas.
Con ese notición se acercó el verano. Buenas y malas noticias, todo junto. Se terminaba junio cuando una fatídica llamada nos informaba que mi Amoñita dejaba de respirar. Se murió y yo no la pude ver. Espinita que siempre llevaré clavada.
Tras ello la paz en Argelita, donde el 2009 había empezado con buen pie, y las penas se olvidan. Y el verano, no defraudó. Mucha fiesta, mucho relax, muchas risas, mucho río...Como cada año, pero mejorando. O intentando ser mejores personas.
Los primeros 6 meses habían sido buenos, por no decir inmejorables. Los otros seis comenzaron con un mazazo, pero el 2009 iba a ser mi año, y no quería que nada lo oscureciese. La llamada de mis prácticas no llegaban y eso me angustiaba. La desesperación me hundía. Un mes y medio de angustia. Replanteándome mi vida, mi pasado, mi presente y mi futuro. ¿Quién soy? ¿A dónde voy?
Pero a mitad de octubre llamaron. Y empecé. Y sigo. Y no quiero parar, quiero superar el 20F y seguir y seguir...
Ahora así estoy. Queriendo que el 2009 se alargue, para que el 2010 no me defraude.