martes, 4 de mayo de 2010

EL PASODOBLE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN


El pasodoble es un baile originado en España hacia 1533 y 1538. Es un baile sencillo y fácil de aprender. Se baila como cualquier baile de salón, uno enfrente del otro, con la mano izquierda de uno agarrando la derecha del otro.

Dentro de poco se cumplirán 500 años de su invención. Pero igual para su cumpleaños, en el 2033 pocos se acuerden de este baile. La gente que lo baila actualmente, estará muerta. Y los que hemos crecido escuchando los pasodobles al principio de las verbenas no le hacemos mucho caso.

En mi pueblo, en Argelita, la gente joven, esto es de los 40 para abajo, llega más tarde al baile, pasada esa primera media hora de "Suspiros de España", "Islas Canarias", alguna canción de Isabel Pantoja y Rocio Jurado. Llegamos para los primeros pasos del baile del momento de David Civera, David Bisbal o David Bustamante (Todo queda en Davides), seguidos de Shakira y la nueva cantante del momento (Rihanna, Lady Gaga...).

En mi caso puede que escuche un pasodoble, de año en año, de verano en verano, en uno de esos casos que llegamos antes al baile.

Pero ahora estoy preocupada. Este fin de semana, en la fiesta de Mayo de Argelita, una de las super orquestas del momento, sólo tocó un pasodoble. Miles de personas sentadas esperando su momento de bailar...y toda esa espectación por un único baile. Me dieron pena. No me extraña que mirasen mal cuando se chocaban contra nosotras, todas en redondo, molestandoles.

Su momento se está desvaneciendo. Esos bailes de nuestros abuelos, y en menor manera, de nuestros padres...está desapareciendo!!!

La gente se preocupa por qué pasará con los toros, los toreros y toda esa farándula, que sin los pasodobles no sería nada!!!

¡¡¡SALVEMOS LOS PASODOBLES!!!


(Foto: Itziar San Vicente)

domingo, 25 de abril de 2010

Jardinera Fiel







Ahora con el tiempo libre que tengo, me he propuesto cuidar de mis plantitas. Estas son mis "Cebollinas" como cariñosamente les llamo. Me paso unos minutos al día hablándoles, contándoles cositas y viéndolas crecer.
Las planté cuando ya había pasado la epoca de su siembra, pero aún así se están haciendo grandes y bonitas.
Mi padre siempre ha sido muy jardinero. En la terraza de casa siempre hemos tenido miles de plantas y el año pasado plantó un jardín con tomates, judias y otras cosas que no crecieron. Yo lo veía llegar del trabajo y salir a la terraza y pasar un buen tiempo ahí, y no lo entendía. Me parecía una perdida de tiempo, pensaba que las flores y plantas no daban nada, simplemente servian para decorar. Pero ahora entiendo el relajo que da tener unas plantitas en las que volcar el tiempo.
¡¡¡Estoy tan contenta con mis niñas!!!! Ya tengo ganas de que saquen su flor.

miércoles, 14 de abril de 2010

SABADO 10. PARTIDO REAL MADRID-BARÇA

21:30 de la noche. Barrio de Gracia, Barcelona. Tres amigas se encuentran delante de una casa. Llaman. Van a buscar a la cuarta amiga, pero esta decide quedarse en la casa, dónde el grupo de amigos de su novio, piensa ver el fútbol.
Las tres amigas se dirigen hacia un bar. Si no hay sitio allí, irán a otro. No he comentado que de esas tres amigas, sólo una es de Barcelona. De las otras dos, una es de Valencia, y yo, de San Sebastián.
Casa López, así se llama el bar. Entramos. Es un bar Venezolano, con una foto de Castro y Chávez casados. Pero este día se ha convertido en una reunión de culés. Somos de las pocas que no tiene una camiseta del Barça.
Nos hacemos un hueco en la barra. Quedan 15 minutos para que empiece el partido, pero el ambiente ya es de seguridad. Todos piensan que el Barça es superior. Yo estoy nerviosa, y eso que normalmente prefiero que pierdan los dos equipos en sus respectivos partidos.
Nos pedimos tres tercios. Hay sed, hay nervios, hay que tener las manos ocupadas.
Empieza el partido. Todos gritan de entusiasmo. Nadie quita la vista de la pantalla. Hasta que delante nuestro se coloca un grupo de guiris (Daneses, Finlandeses, Holandeses... ¿?) de 1’90 de estatura. Menos mal que la catalana, educadamente les pide que se pongan detrás, que no vemos nada.
Entre estar en Barcelona, el ambiente del bar que te envuelve y el cariño de mis amigos que son del Barça, me hago por esa noche de ese equipo. Mi apuesta es un 1-3. Me parece extraño que C. Ronaldo, el guapo de Higuain, o hasta Xabi Alonso, no puedan marcar en su campo.
Observo el partido con mucho interés. Sufro cada vez que el Madrid llega a la portería de Valdés. Pero ahí está Xavi (Barça) haciendo uno de sus mejores partidos. Dando seguridad. Y cómo no, aparece Messi y mete ese gran gol. Gritamos, aplaudimos, y miramos alrededor. Es un golazo. El Barça es líder.
En el segundo, con el gol de Pedro, ya se calma la cosa. La gente está muy animada. El Barça se escapa del Real Madrid. Quedan 7 jornadas por delante, pero ya se han desmarcado. Han ganado en el campo de su eterno rival.
Pi-pi. Se termina el partido. Se abren botellas de champán. Todos sonríen. Fuera, en una plaza cercana hay conciertos por la “Díada de Eivissa y Formentera”. Vamos a buscar a la cuarta amiga. Está cansada, agotada, y no quiere salir de casa. Pues bueno... nosotras nos vamos a celebrar que estamos en Barcelona.
Vamos en busca de un amigo que está contentísimo en un bar junto con sus amigos. Yo me siento después de horas. Estoy agotada, pero me hace gracia como la gente celebra una victoria futbolística.
Durante una noche fui del Barça.

domingo, 21 de marzo de 2010

SIEMPRE NOS QUEDARÁ PODRÍA



Podría escribir de miles de cosas o podría simplemente centrarme en una.
Podría hablar de las cosas que he hecho. O podría llorar por las cosas que he dejado escapar.
Podría soñar despierta.
Podría soñar que soy piloto de cometas, que vuelo entre las estrellas, y hago una visita al Principito que cuida su rosa. O podría ser una princesa desconocida que recoge las lágrimas del sol porque la luna no le sonríe.
Podría dormirme ahora mismo pensando en tus sonrisas, esas que guardo en un bote de cristal para regalartelas cuando estés triste.
Podría observar esa fotografía y retener en mi mente el instante en que se tomó.
Aunque podría hablar de todos esos podrías que pasan por la cabeza y se dejan escapar. Destellos de ilusiones que se van por miedo. Palabras que vuelan al viento sin llegar a salir de la boca.
Hoy pienso en que en las peores situaciones siempre nos queda un podría, que nos hace ver una pequeña esperanza en mitad del agujero negro.
Porque aunque me encantaría sentarme
Robo el título de un poeta que podría haber descubierto antes.

domingo, 7 de marzo de 2010

DESPÉINATE

El viernes bajé rápidamente al centro para comer con “Manola”, tras una llamada con la que vi la luz en lo que se presentaba como un día gris. Comimos tranquilamente, viendo la gente pasar, hablando de nuestros problemas, nuestras preocupaciones. Soltando toda la mierda de dentro, vamos.

Había salido un día maravilloso, de esos que el sol calienta el frío del aire. Buscando unos rayos de sol, nos dirigimos a la playa, a pasear, a sentir la arena. Nunca bajo a la playa a pasear, y ese día me di cuenta de las sensaciones que me pierdo. Paseando por la playa empezamos a ilusionarnos con diferentes planes: que si independizarnos, un trabajo no sé dónde, un viaja al más allá...

Pero yo seguía ensimismada en mi problema, ese al que no he parado de dar vueltas todo el fin de semana. Me cohíbo, no digo lo que debería decir a quien se lo debería decir. Dejo pasar el tiempo. Se va el tren.

Y hablando de todo eso un poco, de repente, de los vestuarios de la Concha vimos una mujer aparecer. Pero no una mujer cualquiera. Una mujer en bañador, directa, sin pausa, con mirada firme, hacia el agua. Me fijé por si sentía algún escalofrío al llegar a la orilla y sentir el agua. Nada. La mujer ni se inmutó. Mujer de hielo, pensé. Con firmeza se fue introduciendo poco a poco, sin dar ni un ápice de sensación de frío. Cuando el agua ya le llegaba a la cintura, empezó a nadar. Esperamos unos segundos, con la esperanza de que la mujer no metiese la cabeza bajo el agua. Digo esperanza, porque yo ya sentía mis venas congeladas, los pelos de punta y la cara escarchada. Y esa mujer tenía el pelo bien peinado como para estropeárselo. No podía echar a la borda su hora de peluquería. Pero se zambulló, cual sirena. Me quedé estupefacta, ojos bien grandes y boca abierta.

Y en ese momento “Manola” habló: “Lara, tienes que mojarte la cabeza, hay que despeinarse”. El tiempo se paró. Reflexioné.

Tiene razón. Uno se moja la cabeza cuando va con la verdad por delante, anteponiendo sus sentimientos a cualquier adversidad que se pueda imaginar. Sinceridad, poder, valentía.

Despeinarse es significado de alegría. Uno se despeina cuando baila, cuando canta, cuando ríe sin poder parar, cuando el viento le da en la cara sin importarle, cuando duerme, cuando “hace el amor”... Una consecuencia que ocurre en los momentos más felices de la vida.

Esa frase me llegó muy hondo. Cruzó mi mente rápidamente. Me apuñaló el corazón. Me desperté.

¡¡¡Hay que despeinarse!!!

jueves, 4 de febrero de 2010

PIJA DONOSTIARRA

Soy de Donostia, pero no soy pija. Lo dejo claro. (Oh por lo menos no me considero pija).

Pero me he dado cuenta que hablo como ellos (los pijos).

No, no me paso todo el día diciendo "osea", ni "jo tía", ni "te lo juro por Snoopy", y espero no hacerlo nunca...antes muerta!!! Pero sí abrevio las palabras o el nombre de lugares donostiarras, como todos o la mayoría de los ciudadanos de esta ciudad.

Me he dado cuenta en el trabajo, cada vez que uno de mis compañeros termina mis frases. Aquí os dejo un pequeño ejemplo.

  • El bule----BULEVAR
  • La Consti---PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN
  • El Buenpas---CATEDRAL DEL BUEN PASTOR
  • Lo viejo---LA PARTE VIEJA

Me hace gracia el hecho de que tengamos un lenguaje diferente. Así somos. Y este ha sido un pequeño ejemplo, que fijo que al hablar nos comemos más palabras o sílabas.

Pero lo que realmente me preocupa a mí es mi manía de decir "osti". No sé si la gente de mi alrededor se ha dado cuenta, pero yo sí, y me siento sucia, como si estuviese continuamente diciendo una palabrota. En cada frase digo un "osti", con lo mal que suena!!!!

Luego en el trabajo me dicen que soy "malvada"...(esta es otra historia, que ya contaré), con lo buena que yo soy...

lunes, 25 de enero de 2010

Quiero ser Peter Pan


Ahora que mi padre ha cumplido 60 años, me doy cuenta de cómo pasa el tiempo. Y no lo digo porque él se vaya haciendo más viejo, sino porque yo me estoy haciendo mayor.

Tengo 25. Una edad con la cual no sabes a qué grupo perteneces. Si a los veinteañeros que disfrutan de la juventud, o a los treintañeros que intentan no perder esa juventud.Yo me siento perdida. Intento mantenerme en esa juventud, y disfrutar del día a día, de las fiestas y de todo lo que se me ponga enfrente. Pero todo teniendo en cuenta que tengo 25 años, que tengo que pensar en un futuro inexistente y empezar a ser esa persona madura que todos esperan que sea.

Estoy enloqueciendo en mi perdición. No quiero crecer, quiero ser un Peter Pan. Pero la sociedad no deja que nos quedemos en la diversión de la infancia, te da golpes en la espalda continuamente para que despiertes de un mundo fantasioso.

Aun así, yo seguiré en mi nube, soñando despierta, para que la sociedad pase de largo y no me dé golpecitos en la espalda.